Por diversas razones el color blanco: es luminoso, atemporal, encaja con cualquier propuesta decorativa y aporta el plus de transmitir sensación de orden y limpieza. El único “pero” de una cocina en total white es que podría resultar fría o monótona.

Para evitarlo, dispones de muchas fórmulas y recursos, desde introducir color a través de la encimera o los revestimientos, hasta reservar esas pinceladas para muebles auxiliares y detalles.

Teniendo en cuanta esto, te recomendamos:

- Incluir estantes que den un formato distintivo a tu espacio.

- Crear focos visuales, puedes utilizar pincelados, troquelados, papel tapiz u otros materiales para lograr ese efecto en una de tus paredes.

- Utilizar griferia que resalte, los cromados siempre vendran bien, sin embargo, hay griferias mates que logran mejores acabados.

- Combinar los tonos, el bicolor será un gran aliado a la hora de escoger el color de las paredes y el de los muebles. Los colores neutros nunca dejan de ser tendencia.

- Aprovechar los detalles de la iluminacion, estos pueden resaltar u ocultar detalles a la vista.

- Aplicar texturas y matices que puedan resaltar el espacio.